Fernando Rivarés y yo hemos tenido telepatía: cuando me disponía a buscar este poema en internet para subirlo al blog, me ha llegado en un mail suyo. De parte de Fernando, por tanto, y de quien esto escribe,
DEFENSA DE LA ALEGRIA
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del caos y de las pesadillas
de la ajada miseria y de los miserables
de las ausencias breves y las definitivas
defender la alegría como un tributo
defenderla del pasmo y de las anestesias
de los pocos neutrales y los muchos neutrones
de los graves diagnósticos y de las escopetas
defender la alegría como un estandarte
defenderla del rayo y la melancolía
de los males endémicos y de los académicos
del rufián caballero y del oportunista
defender la alegría como una certidumbre
defenderla a pesar de dios y de la muerte
de los parcos suicidas y de los homicidas
y del dolor de estar absurdamente alegres
defender la alegría como algo inevitable
defenderla del mar y las lágrimas tibias
de las buenas costumbres y de los apellidos
del azar y también
también de la alegría
De El Sur también existe, Mario Benedetti (1991)