Creo que este título lo he utilizado ya en algún otro post, así que perdón, pero es una de esas frases socorridas que simboliza bien cómo somos. Y es que no salgo de mi asombro, de cuatro - cinco días a esta parte, cada vez que pienso hasta dónde está llegando esto.
Que haya casos de corrupción entre los decisores públicos es algo aberrante pero no excesivamente inusual; que el urbanismo sea fuente de ingresos para municipios y algunos munícipes es algo sabido, pero lo que me deja más pálida es ver cómo, ante la publicación de conversaciones telefónicas recogidas en un sumario donde se ve a las claras las vinculaciones de grandes responsables públicos aragoneses con la trama de La Muela, no haya habido una dimisión o al menos, un cese fulminante.
Todo se arregla negando la evidencia: negando que el modelo urbanístico favorece estos casos de corrupción; negando que la administración no está del todo bien armada para combatir estas prácticas; negando la gravedad de los hechos y la implicación de los que salen retratados en los papeles, y además, saliendo a la defensiva a decir que no todos son así. ¡Faltaría más...!!!.Y por si fuera poco, matando al mensajero, que nunca está de más...
Aunque esta frase también está de moda en los últimos meses, ahora, querido gobierno, es el momento de la Política con mayúsculas, ahora es cuando más nos hace falta un liderazgo moral que pase a la ofensiva declarando su firme voluntad de llegar hasta el fondo de los problemas y abordarlos con valentía.
Quedo a la espera...
No hay comentarios:
Publicar un comentario