Lo verde está de moda, es indudable. Todo el mundo habla de sostenibilidad, de medio ambiente, de biodiversidad, de cambio climático, de desarrollo sostenible.... Y en esa amalgama, surgen los debates de siempre: "Sí, vale, pero ¿hablamos todos de lo mismo?", "¿no querrán /querremos maquillar de verde los desaguisados?". Y una empieza a tener esa sensación que le hace pensar en el eterno retorno nietzscheano: de manera diferente, pero todo vuelve...
Hace tiempo que aprendimos que las palabras, como los derechos, no se regalan; se conquistan. Y en un mundo en el que lo público lo hacemos entre todos y todas, las nociones, los conceptos, las palabras y su sentido no escapan a esta dinámica. Por eso, aunque Repsol, Acciona y no sé cuántos bárbaros más de la sostenibilidad hablen de ello, yo no renunciaré a ese concepto. Lo quiero mío y nuestro. No renuncio a desarrollarlo y a imprimirle las subjetividades y las propiedades que me parezcan interesantes. Y espero que vosotros no os rindais tampoco. En esta línea, os copio una párrafo de un articulo de Susan Baker publicado en la revista "Panorama social 2007" bajo el título "Frente al cambio climático: una nueva oportunidad para promover el desarrollo sostenible en la Unión Europea":
Desde la publicación del informe Brundtland, el concepto de
"desarrollo sostenible" ha sufrido una reinterpretación y ahora suele
interpretarse en el marco de un continuum entre modelos débiles y fuertes (...).
He argumentado en otro lugar que Brundtland ofreceun modelo fuerte de desarrollo
sostenible, cuya premisa reside en la creencia de que el mundo industrializado,
al concebir el desarrollo primordialmente como consumo material en constante
expansión, gasta más de lo que precisa para satisfacer sus necesidades básicas.
Este exceso amenaza la base ecológica de los recursos del planeta y la salud del
biosistema. El concepto brundtaliano del desarrollo sostenible se construye, por
tanto, sobre una idea clave: la promoción del desarrollo sostenible en un
sistema ecológico caracterizado por la existencia de recursos finitos requiere
la reducció del creimiento en las sociedades de elevado consumo del Norte, con
el fin de abrir camino al desarrollo "ecológicamente legítimo" del Sur.
Mi más sincera bienvenida a todos los que se incorporan esto de la sostenibilidad, demuestra que vamos ganando, cada vez somos más, nuestro objetivo es que seamos todos... pero la credibilidad de cada cual también está en el tablero de juego, bajo miles de miradas, en esa sociedad relacional que define su realidad desde una pluralidad ingente de posiciones. Por lo tanto, a ser más y mejores, y que cada cual valore las coherencias... incluidas las de los premios Nobel de la Paz.
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