lunes, 2 de abril de 2007

Cuando la normalidad nos alarma... o la belleza de un río


Estos días asistimos, mientras contemplamos hermosas fotos y vídeos de un Ebro salvaje y lleno de vida, a voces que claman por la domesticación del río. Motas, protecciones, dragados y hasta algún embalse y porqué no un trasvase, como el que no quiere la cosa, son reclamados con la pretensión de intentar domesticar el Ebro. Hay quien lo hace con la honradez y la honestidad de quien ha pasado miedo, pero también los hay que a río revuelto...ganancia de quién sabe quienes.
Para los que habitan en las riberas del Ebro, y han vivido atemorizados estas noches, sólo unas reflexiones: la historia nos ha enseñado que el reto es convivir con la naturaleza y no intentar dominarla, porque en esta batalla, el ser humano es inferior y siempre saldrá perdiendo. Dragar el río sistemáticamente, poner motas (defensas en las orillas) y por supuesto, construir nuevos embalses, no sólo no aumenta la seguridad del río en tiempo de crecidas, sino que incrementa los riesgos de catástrofe aguas abajo, y claro... ¿hasta dónde protegemos: nuestra comarca, nuestar provincia, nuestra comunidad...? ¿y el resto...?

Se acercan citas electorales y es fácil escuchar promesas demagógicas, pero no nos dejemos engañar: quien quiera saber más sobre inundaciones y su gestión, que consulte las conclusiones del seminario "El problema de las inundaciones: claves, razones y soluciones" que organizó la Fundación Nueva Cultura del Agua hace cuatro años (http://www.unizar.es/fnca/index3.php?id=1&pag=5), o el último libro de Alfredo Ollero, Territorio fluvial, donde reflexiona y propone medidas para el Ebro.
Mientras tanto, entre tanto alarmismo, que nos dejen disfrutar de la belleza de un río que pese a nosotros y nosotras, sigue estando vivo... y nos lo recuerda de vez en cuando!

2 comentarios:

qaesar dijo...

Qué gozada de río. Majestuoso, impresionante, temible, hermoso

Forastero dijo...

Encantado de conocerte,por fin alguien sensato, en estos días estoy bastante harto de oír siempre las mismas tonterías de estos políticos metidos a entendedores de todo y solucionadores de todo, sufriendolo siempre el ciudadano de a pie. Animo y sigue así, me ha gustado.
Un saludo desde Azores.